Thursday, November 10, 2005

ALICIA ARCE A SU MESTRA

Queridos amigos y colegas del Conservatorio Nacional de Música del Perú: He recibido la noticia de la próxima entrega de las Palmas Magisteriales a Luisa Negri. Me propongo exponer en pocas líneas, difícil tarea, lo que para mí significó ser su alumna. Hacerlo es para mí la empresa más agradable que he tenido últimamente. Empezaré por decir que mis estudios con el maestro Klaus Schilde en Detmold fueron una alabanza a mi maestra precedente – mi querida Lucha- indicando que había sido una gran suerte tenerla durante mi etapa pianística. Así pues, desde la primera lección sentí que podía construir sobre lo ya aprendido. Se de otros jóvenes sudamericanos que empezaron sus estudios en Europa en condiciones muy diferentes. Luisa Negri no sólo supo transmitirme el amor que ella sentía por la música, algo que ya existía en mí. No se desde cuándo se tiene, ya que médicos y científicos de otras especialidades aún discuten sobre eso. Lo más importante quizás es que supo también transmitirme un gran respeto por las obras que iba a aprender, demostrado por el interés por la forma, el fraseo, por la dinámica, sin por eso quedar en la simple lectura. Lucha fue además una amiga con quien discutir las ideas, aún las más descabelladas, que me surgían a esa edad; mis arranques de temperamento, rebeldía o depresión. Actualmente en el Perú, y también en Europa, si me permiten agregar esta opinión, pasa por un período muy difícil para la juventud. Yo me atrevo a decir que para quien, durante mis años de juventud, quería dedicarse al arte, no había otra compensación en vista que el arte mismo. A veces bastaba que me dijera…”vamos a tomar un cafecito”…o, en verano, “vamos a la playa”… sin dejar de recordarme que para la semana siguiente le trajera talo cual pieza de memoria. Ya con eso estaba salvada la semana y no había más tiempo para deprimirme. Ahora, habiendo vivido las experiencias de madre y maestra, la admiro y reconozco sus cualidades muchísimo más. Le soy eternas gracias por su dedicación. Si algo aprendí de ella, es precisamente SER MAESTRA. Alicia Arce Bottwingen, 7 de marzo, 05